Los tres factores principales a tener en cuenta en el cuidado de las plantas de interior son, la luz, el riego y la temperatura.

Luz: La duración de la exposición a la luz que se considera ideal para las plantas es la de 8 a 16 horas diarias, debemos tener en cuenta que hablamos de luz, no de sol directo, la inmensa mayoría de plantas de interior no soportan el sol directo, todavía menos a través de un cristal.

Riego: Regar demasiado o regar demasiado poco es perjudicial para las plantas. Se considera que la principal causa de muerte de las plantas de interior es debido a regarlas demasiado y la mayoría de plantas permiten un cierto grado de sequedad en el sustrato. Como norma general recomendamos regar las plantas de interior una vez a la semana, si puede ser por inmersión, de todas maneras esperaremos que el sustrato haya perdido la humedad antes de volverlas a regar.

Temperatura: La mayoría de las especies tropicales, que son casi todas las que tenemos en las casas o despachos consideradas como plantas de interior, están adaptadas para crecer en un rango de 15 °C a 25 °C, similar al de la temperatura de la mayoría de las casas.

El abono: Las plantas en contenedores a la larga agotan los nutrientes. Les podemos añadir nutrientes mediante abonos sólidos o líquidos. Los fertilizantes incorporan tres números, por ejemplo 20–20–20, cada número indica el porcentaje de nitrógeno, fósforo y potasio respectivamente. Los tres elementos químicos son los esenciales mayoritarios. Por término general se recomienda añadir abono a las plantas cada 30 días.